domingo, 4 de enero de 2015

Las relaciones de amistad mal entendidas...

"Hay días en los que se une el sentimiento de impotencia, el de rabia, el de no entendimiento. Se unen al unísono los sentimientos de tristeza, incluso ajena por aquellos que se pierden por el camino de lo que fueron.

Y se me encoge el corazón en un puño hasta que me toca despertar a marchas forzadas para crear una nueva coraza de tiempo caduco, porque no soy así. La vida te curte, dicen. Si bien es cierto que aprendemos a ser más fuertes, a contar hasta mil antes de hablar porque en algunos casos hasta diez no es suficiente (yo misma), aprendemos a ser más humanos (a priori), más personas... más nosotros mismos en un formato un tanto más maduro, más adulto, más sabio... a veces la congruencia no se aplica a todo ser humano. 

En la vida hay que aprender a ser tolerante y respetuoso. La amistad se forja con el tiempo y la reciprocidad. Cinco conceptos que si no van unidos, de nada sirve. Las relaciones de amistad, como todas, son cosa de dos, no se puede ir andando de forma unidireccional, porque entonces, cuando uno despierta, ya es tarde para la bidireccionalidad.

A lo largo del sendero hay que tomar decisiones. Las tomamos a diario para intentar vivir mejor. A veces por necesidad, otras por placer, y otras, sencillamente, por supervivencia. Cambios radicales que ofuscan mi mente ante la duda existencial de las actitudes que sorprenden. Y es que no hay nada peor en esta vida que dejarse manipular de forma negativa para con los demás. 

Los valores de la humanidad se están perdiendo, lamentablemente, en demasía. No se puede pretender ser el ombligo del mundo ni el centro de éste, porque a nuestro alrededor existen millones de ombligos que también tienen una vida para compartir.

Hay días en los que las lágrimas no son más que el sentimiento de impotencia fusionado con la incredulidad de acciones ajenas. Sin anestesia ni previo aviso. Hay que salir de la zona de confort mal entendida de estos terceros para poder respirar con la tranquilidad suficiente que merece nuestra propia existencia. 

Hablamos de decepciones cuando alguien actúa de forma que no esperas, de forma adversa e incluso dañina (sea al nivel que sea). Yo lo llamo aprendizaje… aunque duela.

Al final, la vida es la suma de nuestras etapas, y en cada una de ellas, nosotros mismos somos la suma de nuestras experiencias y emociones, pero insisto, sobre todo somos lo que hacemos con ellas.”

Foto: Google Search

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