Dicen las estrellas que los fugaces somos nosotros. Que el Universo conspira aunque no creamos en la energía de las constelaciones, ni en su historia.
Dicen que para brillar es necesaria la oscuridad, aunque algunas personas brillan con luz propia desde el letargo de su existencia. Sí, tú por ejemplo.
Dicen que el amor propio se extingue cuando conocemos a alguien que nos importa. Pero yo creo que estar cerca de las personas que nos quieren, resulta ser el síntoma más excelso de crecimiento personal.
Y con él, el resto de valores que hacen ser quien eres. Esos principios a los que pones nombre con la mirada.
Miradas que paran el tiempo donde perderse. El lugar perfecto para leer susurros y escuchar los colores de los sentimientos.
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