Nos encanta aprender sobre temas banales, sobre temas técnicos, sobre temas profesionales, sobre viajes, sobre tecnología, sobre el futuro, incluso siendo éste incierto.
Pero a veces olvidamos lo que realmente importa aprender. ¿No os habéis planteado nunca que la inteligencia emocional es una de las asignaturas pendientes desde que somos pequeños?
Si aprendiéramos a gestionar las emociones desde bien temprana edad, muchos de los traumas emocionales que vivimos de adultos no existirían.
Aprenderíamos que son parte del proceso. Incluso aprenderíamos a no llegar a dichas situaciones.
Seríamos capaces de comprender mejor los momentos emocionales que a veces nos afectan en demasía. Incluso se nos escapan de nuestro control porque no hemos aprendido a comprenderlos.
Al final, esto me hace pensar en el tema del querer, del amor. Y es que no deberíamos aprender a querer más, si no mejor.
Deberíamos poner de moda eso de querer(se) bien y no a medias. 😊
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