Hace unos días pensaba en las heridas mal curadas que todo ser humano ha vivido en algún momento. Porque sí, todos las hemos sufrido. Es lo que tiene ser seres emocionales.
Esas heridas mal curadas que no te dejan avanzar, que no te permiten volver a ser feliz.
Esas que se convierten en barreras casi inquebrantables para ser tú mismo de nuevo. Y claro, así no.
Huye de las personas que te utilizan de parche para sus heridas mal curadas. Hazlo.
Corre... corre mucho sin mirar atrás, sin remordimiento ni desasosiego.
Porque esas relaciones están atestadas y saciadas de toxicidad, y solo conllevan dejar de vivir un tiempo invertido en quien realmente merece la pena. Tú.
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