Qué manía esa, pensar que los miedos pueden vencernos.
Sin duda somos nuestro peor enemigo y nuestro mejor aliado. Sí, nosotros mismos. Somos nuestro mayor miedo y nuestro mejor reto. Tú decides.
Qué manía esa, pensar que no podemos convivir con ellos.
A los miedos hay que entenderlos, comprenderlos y aceptarlos. Deberíamos aprender a convivir en simbiosis con ellos. Esa gran desconocida inteligencia emocional.
Al fin y al cabo, nos ayudan a estar en estado de vigía, de alerta. Así no nos pegamos tantos porrazos. Literal y metafóricamente, claro. Ay, queridos miedos... 😉
Qué manía esa, escondernos detrás de ellos. ¿No te das cuenta que así no te dejan crecer? Sí, a ti. A tu grandeza.
La vida es tan insultantemente corta que cuando nos percatamos de que el tiempo transcurre a una velocidad de vértigo, nos damos cuenta que éste se desliza abrazando el futuro de forma pasada. Y claro, así, pues no. No, ni hablar.
Que las oportunidades hay que saber aprovecharlas. Lo de que nunca vuelven es incierto, pero sí lo es que se presentan en otro formato, con tantas otras formas y las dificultades que ellas conllevan al aceptarlas.
La vida sin riesgos, sin imprevistos, sin locuras... sin un "aquí y ahora", carece de gran parte de su más excelso sentido. 😊
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