jueves, 18 de diciembre de 2014

Anida en el tiempo el sentimiento de lo que fuimos...


Hoy recordaba una reflexión que escribí el 29 de enero de este año. El pensamiento del tiempo pasado, del presente y del futuro. Esas pequeñas cosas que vivimos a lo largo del día que nos dan vida, pero sobre todo porque tenemos la intención de seguir viviendo sin dejar que la desidia momentánea, la apatía temporal o la tristeza descontrolada nos consuman para seguir siendo quienes somos. Aquí os la dejo.

Foto: Google Search

”Anida en el tiempo el sentimiento de lo que fuimos, sin dejar atrás lo que somos, y menos aún lo que seremos. Una evolución de nuestro propio ser. Un progreso siempre hacia la mejora de quienes somos. Un crecimiento personal que fustiga con las caídas pero que mutamos para el aprendizaje.

No me olvido de cómo he llegado hasta este punto. Ni pretendo dejar en el olvido las heridas que me marcaron a lo largo de mi existencia, aunque no permita que me martiricen, y menos aún que no me dejen conciliar el sueño. Mis errores se convirtieron en las lecciones de cuánto soy y cuánto tengo hoy. Ignoro el mañana. Es incierto para cada uno de nosotros que planificamos nuestros sueños y deseos… eso mismos que nos mantiene vivos.

He aprendido a recordar el pasado, pero no intento revivirlo porque el pasado, pasado es. He aprendido a vivir el presente, ese que me empuja para seguir emocionándome cada mañana y cada noche cuando entro en el letargo del descanso. Cuando me fusiono a modo de simbiosis con mi otro yo. Cuando vivo a mi antojo dentro de mis sueños. He aprendido a pensar en el futuro, pero no intento vivirlo porque éste aún está por llegar.

Ha llovido mucho desde que empecé a morir. Eso que llaman nacer. Y mientras me consumo en mis días, todo cuanto siento lo vivo intensamente. Es la única forma de saber que tenemos un motivo para estar aquí… QUERER VIVIR."

La publicación original de mi reflexión: http://goo.gl/6EgHwc

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