Las decepciones forman parte del proceso. Forman parte de un aprendizaje que sin ellas, mirándolo bien y de forma meditada, no sería completo. Decepciones traducidas a caídas que forman parte de nuestra evolución. Esa transformación personal que nos ayuda a crecer, a mejorar como personas para, sin duda, ser también mejores en nuestro desarrollo y proceso profesional.
Y de esta persona he leído hoy "Solo están derrotados los que dejan de soñar". Y me ha hecho pensar. Soñar con algo puede ser una utopía. Algo que está ahí pero que por miedos y circunstancias no somos capaces de realizar. Debemos romper esas barreras mal entendidas que creamos nosotros mismos en nuestra existencia. SOÑAR y REALIZAR son palabras y hechos que deberían ir siempre de la mano.
Foto: Google Search
Y en un punto de esa conversación del pasado viernes, esta persona me recordó lo que tantos seres humanos que, a mi modo de ver, están incompletos (sea al nivel que sea), dicen cuando vas a hacer algo "Estás loco, no lo hagas". Él los llama "saboteadores de sueños", y razón no le falta. Es entonces cuando vuelvo a pensar en estas situaciones, y sigo creyendo que ahí reside nuestra capacidad para obviar esos comentarios y demostrarnos a nosotros mismos, antes que a los demás, que SÍ PODEMOS HACERLO. Todo es cuestión de ACTITUD, constancia y perseverancia.
¿Que me pego un porrazo? No pasa nada. Me levanto, me curo las heridas aunque sea a lametazos y sigo mirando hacia el frente con la cabeza bien alta. Porque una de las cosas más valiosas de esta vida, nuestra propia vida, es aprender de los errores de uno mismo. Y los únicos que tenemos la llave para realizar nuestros sueños, somos nosotros.
Foto: Google Search